El rey León reinó a todos los animales, y les
dijo que cada uno tenía que hacer reír a la tortuga y aquel animal que
no lograba ese objetivo, sería decapitado. Comenzó el mono, él saltaba,
contaba chistes y la tortuga ni se inmutaba. El león ordenó matar al
mono. Le tocó el turno a la jirafa, ella se movía de un lugar a otro
todo un espectáculo, todos los animales se carcajeaban a rabiar y con la
tortuga no pasaba nada, por lo tanto el león mandó decapitarla. Fue la
oportunidad para el lagarto, empezó a contar su chiste cuando de pronto
la tortuga comenzó a reír de manera incontrolable, y exclamó:
-¡Qué buen chiste que hizo el mono!
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