viernes, 22 de octubre de 2010

OTRO GENIO MÁS

EL GENIO DE LA LAMPARA:



Una pareja estaba jugando al golf en un campo muy distinguido, rodeado de bellísimas mansiones. En el tercer golpe, el marido le dice a la mujer:


-Querida, tené cuidado al pegarle a la pelota, no sea que la mandes a una de esas preciosas casas y rompas un vidrio. Va a costar una fortuna repararlo.


No alcanzó a terminar la frase cuando ella da un golpe y la pelota va directamente a una ventana de la mejor casa. El marido se vuelve loco.


-Te dije que tuvieras cuidado, -¿Y ahora que hacemos? Más tranquilo dice: -Vamos a pedir disculpas y a ver cuánto nos va a costar el arreglo.


Van hasta la casa, golpean, y desde adentro una voz responde:


-Pueden entrar.


Abren la puerta y ven todo el vidrio disperso por el piso, una botella rota cerca de la mesa y a un hombre sentado en un sillón que les dice:


-¿Ustedes son los que rompieron la ventana?


-Sí -responde el marido con timidez- y lo sentimos mucho. Queremos pagar el daño...


-De ninguna manera -contesta el otro- soy yo el que debe agradecerles. Soy un genio que estuvo preso en esa botella durante miles de años. Ustedes me liberaron. Por eso puedo conceder tres deseos: les doy uno a cada uno y me guardo el tercero para mi.


-¡Que bien!! -dice el marido- Yo quiero un millón de dólares por año, durante el resto de mi vida.


-No hay problema. Es lo menos que puedo hacer por mi salvador.


-Yo quiero una casa en cada país del mundo, -agrega ella.


-Tu deseo está realizado, responde el genio.


-¿Y cual es tu deseo, Genio? -pregunta intrigado el marido.


-Bien -responde, desde que quedé preso en esa botella, hace miles de años, no tengo la oportunidad de tener sexo. Mi deseo es tener sexo con tu mujer.


El marido mira a su mujer y le dice: -Bueno, querida, nos ganamos un montón de dinero y todas esas casas. Creo que no está pidiendo mucho, a lo que la mujer asiente entusiamada.


El Genio lleva a la mujer a un cuarto y pasa alrededor de dos horas con ella. Al finalizar, mientras se visten, el genio la mira y le pregunta:


-Decime, tengo una duda: ¿Cuántos años tiene tu marido?


-Treinta y cinco, -responde ella.


-¿Y semejante pedazo de boludo todavía cree en Genios?

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